LA FUENTE DEL RECUERDO

LA FUENTE DEL RECUERDO

sábado, 24 de septiembre de 2011

!!ABAJO EL TELÓN!!



Por: Fabio A. Rodríguez M. 
Frente al espejo, adorno su rostro con la mejor sonrisa. Suspiró profundo, hondo, tomando aire, intentado llenar el alma de pletórica alegría. Vibró con lúdica emoción, y en un ritual de embriagadora pasión repasó cada ejercicio del taller de expresión corporal. Rítmica su voz, hizo eco en la habitación, recitó con ilusión el poema 20 de Neruda:
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y titilan, azules, los astros, a lo lejos…”


Sonrió, mientras su cuerpo se agitaba al fragor del verso. Al mejor estilo de Stanislavsky, se fundió en una alucinante y mágica armonía: versos, cuerpo, voz y vida. Cada movimiento era un tatuaje indeleble de certeza, de plena convicción en los latidos de su corazón. Recordó, una a una, las “Carta de amor” de Antonio Machado:
“Miras hacia otro mar, la mar de España
que Camoens cantara, tenebrosa.
Acaso a ti mi ausencia te acompaña,
a mí me duele tu recuerdo, Diosa...”


En su mente, lentamente, las escenas prodigiosas de “Romero y Julieta”, se fueron sucediendo como colofón de su preparación para la gran Audición de su vida, la AUDICIÓN DEL AMOR.

- ROMEO (Frente al balcón): “Pero, alto. ¿Qué luz alumbra esa ventana?. Es el oriente, y Julieta, el sol. Sal, bello sol, y mata a la luna envidiosa…” “…¡Ah, es mi dama, es mi amor! ¡Ojalá lo supiera!. Mueve los labios, mas no habla. No importa: hablan sus ojos; voy a responderles.

Sin prisa, se deslizó detrás del telón. Un suspiro hondo le acompañó. El alma a flor de piel, invadida de emoción. Su silueta, tenía esa apacible apariencia de humildad, mezclada con la energía vital de quien va por la victoria total. El Telón subió de forma lenta. Ahí, en su esplendor la fantasía total de la Audición, el corazón palpitando sin control  
La voz del presentador retumbó como un grito, rasgando el firmamento, en la tibia noche:
“Damas y Caballeros, esta no es una historia de amor, es, una historia de Engaño y Traición!!!, salida de las entrañas del desamor."

Su voz enmudeció, sus ojos nublados por la angustia se humedecieron, su cuerpo no respondió. La sonrisa huyó, y su alma estalló en un grito ensordecedor:  ¡ABAJO EL TELÓN!!!.




BOCA ARRIBA….. TENDIDA


Por. FABIO RODRIGUEZ M.

Mi perplejidad desbordó la torturante nostalgia que, al despuntar el alba, me produjo su cuerpo tendido en la acera. Dios!!... que espectáculo tan grotesco y horrendo. Una sensación de intensa ira y dolor rodó por mis mejillas.
La recordé, vibrante entre el bullicio de la agitada ciudad, en el ocaso del verano; en la apacible lontananza de la fértil llanura; en el cabalgar apacible, por la verde pradera; en el horizonte embriagador de una puesta de sol en la playa; en la inocente y contagiosa risa de los niños; en el mirar hondo, profundo y sin prisa de los amantes.
Su figura, otrora, hermosa y mágica, había sido la inspiración de los más destacados artistas: músicos poetas, pintores, dramaturgos y en su honor se habían escrito tantos libros, tanta literatura, que reunirlos en solo sitio, sería una labor imposible.
A sus pies, de tersa blancura y deliciosa silueta: reyes, estadistas, políticos, todopoderosos señores y magnates de mil pelambres, se vanagloriaban de ser los dueños de sus favores. Y los menos, los humildes, los sin rumbo, los finitos, los sin futuro, los de ancha espalda y manos erosionadas, de reojo la observaban con la ilusión en vilo de sus ojos, soñando que algún día un guiño suyo les recompensara.
Huésped de los más encumbrados palacios. En los más exquisitos lugares y en los grandes salones, donde a pulmón ardiente se decidía la suerte de todos, ella, solía exhibir su celestial figura. Y todos, en una enfermiza y mental fantasía la poseían. No escapaban a su encanto y embrujo, las veladas de pasión ferviente, que furtivos amantes, al compás de la ardiente piel,  inundaban el alma, con retazos de firmamento, que en un lecho de estrellas  y a la luz de la luna, se extasiaban en su mágica compañía.

La corte de aduladores, disputaban su compañía con la ansiedad feroz de una jauría de hienas, lo hacían sin miramientos, sin escrúpulos. Así en su nombre, por su nombre, y para el goce y el placer del infinito humano, era frecuente ver la tierra envilecida con la sangre de inocentes. Una caricia suya, era, llenar el alma con las mieles de la gloria.
Me costaba trabajo verla en ese lamentable estado y dejar que mi mente recorriera el recuerdo de su sublime mirada. Todos a una, pasaban con prisa, ella desecha y pérdida, allí se consumía maltrecha y socavada.

La duda me invadió, debía cerciorarme  de que en realidad era ella. Con la más honda tristeza, descorrí el retazo de bufanda que cubría su rostro descompuesto y con las señales de la violencia marcada en su piel, aún ensangrentada. El brillo  de sus hermosos ojos me dio la certeza…  !era ella!!. Boca arriba tendida, estaba la ¡!LA VERDAD!!.


jueves, 14 de julio de 2011

EL AMOR ESTÁ MUERTO............¿QUIÉN LO MATÓ?



Por: Fabio Rodríguez Miranda


No lo pudo soportar más, la ansiedad fue superior a su frialdad. Tenía la convicción enfermiza de que: “después del amor viene el odio”, y como se acercaban las elecciones generales, vio la posibilidad de gobernar sin contradictores, lo cual le sumergía en una especie de éxtasis singular. Sin pensarlo dos veces, decidió asumir el reto de matar al Amor. Para ello, el Odio, se reunió con sus secuaces y les planteo la cruel idea. La Ira, sin pausa, con su voz estridente, irrumpió para pedir un plazo de tres días a fin de llevar a cabo el encargo de matar al Amor. Por unanimidad le fue concedido el privilegio. La Ira al retirarse de la reunión lanzó, con altiva prepotencia por su encargo, una sarta de improperios, se colocó unas gafas oscuras, para evitar el hecho de tener que mirar al Amor de frente y a los ojos, pues, sabía que el Amor la podía derrotar si la miraba fijamente, luego se retiro con prisa, estrellando la puerta a su salida. Derrotada regresó a los tres días y al cuestionársele el resultado de su misión dijo: “he sido vencida y me apena informarles que el amor ahora tiene una nueva arma: él la llama “comprensión”, con ella me acaba de derrotar”. La Envidia, socarrona, se reía y en medio de comentarios hechos al oído de sus contertulios por lo bajo, solicitó autorización para emprender una nueva misión con el fin de matar al Amor. Se le dio un plazo de cuatro días y además, el Odio, recomendó que actuara con la ayuda del Chisme, la Burla y la Calumnia. El Amor soportó con valor la arremetida y logró salir victorioso, para ello utilizó a la Alegría, al Perdón y a la Amistad. Uno a uno fueron fracasando los secuaces del Odio en la misión matar al Amor. El Orgullo, la Vanidad, el Machismo, la Mentira, todos regresaban cada vez más decepcionados y llenos dudas. El Odio entró en una profunda tristeza y decidió declarar que el Amor era invencible. De repente una voz lacónica y una figura desgarbada irrumpieron en el salón. Su caminar lento y pausado y su rostro semicubierto por un velo negro que solo dejaba ver la intensidad de su ojos negros, iba desesperando al Odio. Se acercó y con medias palabras, de sonido muy bajo, pidió una última oportunidad para llevar a cabo la misión. En el salón se escucharon risotadas de burla y gritos de “!No más, es un imposible!!”. El Odio, aceptó, teniendo en cuenta que nada perdía con intentarlo una vez más, además, en su perversa esencia estaba disfrutar esos retos. La figura se retiro del salón entre el rumor de los comentarios en favor y en contra. Pasaron varios días y el Odio, en medio de una euforia sin límites, convocó a una reunión de carácter urgente con sus secuaces. Llegaron de prisa y ansiosos. El Odio, sin preámbulos con voz firme y pletórica de alegría dijo:
- “Amigos míos, EL AMOR HA MUERTO”. 
En una estridente salva de aplausos se escuchaba una sola voz:
-“¿Quién lo mató?”.
El Odio cedió la palabra a la enigmática figura, quien con su tenue voz dijo:
- Les he cumplido, he vencido al Amor.
El coro fue unánime:
-Si, pero usted quién es?.
Quitando el velo que cubría su rostro dijo:
- Yo, amigos míos soy LA RUTINA.