LA FUENTE DEL RECUERDO

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jueves, 14 de julio de 2011

EL AMOR ESTÁ MUERTO............¿QUIÉN LO MATÓ?



Por: Fabio Rodríguez Miranda


No lo pudo soportar más, la ansiedad fue superior a su frialdad. Tenía la convicción enfermiza de que: “después del amor viene el odio”, y como se acercaban las elecciones generales, vio la posibilidad de gobernar sin contradictores, lo cual le sumergía en una especie de éxtasis singular. Sin pensarlo dos veces, decidió asumir el reto de matar al Amor. Para ello, el Odio, se reunió con sus secuaces y les planteo la cruel idea. La Ira, sin pausa, con su voz estridente, irrumpió para pedir un plazo de tres días a fin de llevar a cabo el encargo de matar al Amor. Por unanimidad le fue concedido el privilegio. La Ira al retirarse de la reunión lanzó, con altiva prepotencia por su encargo, una sarta de improperios, se colocó unas gafas oscuras, para evitar el hecho de tener que mirar al Amor de frente y a los ojos, pues, sabía que el Amor la podía derrotar si la miraba fijamente, luego se retiro con prisa, estrellando la puerta a su salida. Derrotada regresó a los tres días y al cuestionársele el resultado de su misión dijo: “he sido vencida y me apena informarles que el amor ahora tiene una nueva arma: él la llama “comprensión”, con ella me acaba de derrotar”. La Envidia, socarrona, se reía y en medio de comentarios hechos al oído de sus contertulios por lo bajo, solicitó autorización para emprender una nueva misión con el fin de matar al Amor. Se le dio un plazo de cuatro días y además, el Odio, recomendó que actuara con la ayuda del Chisme, la Burla y la Calumnia. El Amor soportó con valor la arremetida y logró salir victorioso, para ello utilizó a la Alegría, al Perdón y a la Amistad. Uno a uno fueron fracasando los secuaces del Odio en la misión matar al Amor. El Orgullo, la Vanidad, el Machismo, la Mentira, todos regresaban cada vez más decepcionados y llenos dudas. El Odio entró en una profunda tristeza y decidió declarar que el Amor era invencible. De repente una voz lacónica y una figura desgarbada irrumpieron en el salón. Su caminar lento y pausado y su rostro semicubierto por un velo negro que solo dejaba ver la intensidad de su ojos negros, iba desesperando al Odio. Se acercó y con medias palabras, de sonido muy bajo, pidió una última oportunidad para llevar a cabo la misión. En el salón se escucharon risotadas de burla y gritos de “!No más, es un imposible!!”. El Odio, aceptó, teniendo en cuenta que nada perdía con intentarlo una vez más, además, en su perversa esencia estaba disfrutar esos retos. La figura se retiro del salón entre el rumor de los comentarios en favor y en contra. Pasaron varios días y el Odio, en medio de una euforia sin límites, convocó a una reunión de carácter urgente con sus secuaces. Llegaron de prisa y ansiosos. El Odio, sin preámbulos con voz firme y pletórica de alegría dijo:
- “Amigos míos, EL AMOR HA MUERTO”. 
En una estridente salva de aplausos se escuchaba una sola voz:
-“¿Quién lo mató?”.
El Odio cedió la palabra a la enigmática figura, quien con su tenue voz dijo:
- Les he cumplido, he vencido al Amor.
El coro fue unánime:
-Si, pero usted quién es?.
Quitando el velo que cubría su rostro dijo:
- Yo, amigos míos soy LA RUTINA.